En la franja Suroeste (de Huelva a Salamanca), los secaderos familiares, cuando no unipersonales, sufren mucho por las mermas. Cada cerdo ibérico es distinto, ni siquiera los que hacen la montanera juntos comen lo mismo. Y por tanto sus lomos no absorben la misma sal ni tienen la misma humedad cuando se ponen a secar. Demasiada sal reduce la calidad, demasiado poca, echa a perder el producto. En según qué secaderos y productos estas mermas pueden llegar al 20% y representar casi todos los excedentes del año.
El reto es saber el punto de sal / humedad de cada pieza sin sacar una muestra para analizarla.
La solución técnica es un espectrómetro de infrarrojos. El problema es que los que se utilizan en la industria, además de requerir muestras tal y como son hoy, son inasumibles por un productor artesano (o una pequeña cooperativa de trabajo). Cuestan por encima de 10.000 €. Hace poco han aparecido en el mercado otros, portátiles y que se acercan más a las necesidades que cuestan unos 3.000€.
Nuestro objetivo es desarrollar, incorporando IA, una versión libre cuyo coste de producción ronde los 300€.
El proyecto, que ya ha comenzado, tiene un horizonte de dos años que incluirá:
- Estudio
- Diseño
- Prototipado
- Impulso de producción