Preámbulo
Desde los pueblos, aldeas y comarcas de nuestro país, lanzamos este Manifiesto por la Soberanía y los Derechos Digitales en el Rural como una llamada colectiva a reconocer, garantizar y desplegar los derechos digitales como herramienta estratégica para el desarrollo local, la repoblación sostenible y la creación de un nuevo empuje social, económico y tecnológico distribuido por todo el territorio.
Inspirado en los principios recogidos en la Carta de Derechos Digitales y en el trabajo de numerosas organizaciones, empresas, fundaciones e instituciones locales comprometidas con el desarrollo territorial, este manifiesto sostiene que el acceso pleno, universal y justo a los derechos digitales no puede quedar restringido a los grandes núcleos urbanos. Muy al contrario: debe convertirse en motor de oportunidades, participación democrática, inclusión social, economía del conocimiento y arraigo intergeneracional en el medio rural. El acceso equitativo a lo digital debe permitir que todos, jóvenes y mayores, hombres y mujeres, nativos y nuevos vecinos, encuentren en el medio rural un lugar donde desarrollarse, comunicarse y emprender.
Derechos digitales para la cohesión territorial
La garantía de los derechos digitales debe ser entendida como una condición imprescindible para la cohesión territorial y la equidad social. La ciudadanía digital no puede depender del lugar de residencia: vivir en el medio rural no puede suponer una barrera para acceder a los servicios públicos digitales, a la cultura en línea, al teletrabajo, a la participación ciudadana digital o al emprendimiento conectado.
La conectividad universal, asequible y de calidad es una obligación del Estado y una infraestructura básica para el siglo XXI, tan esencial como el agua o la energía. El cierre de la brecha digital entre el mundo rural y el urbano no solo es un reto técnico, sino una cuestión de garantía democrática y efectiva de derechos.
Soberanía tecnológica y digitalización con sentido local
Reivindicamos una digitalización con soberanía, basada en principios de autonomía, equidad territorial y participación en la toma de decisiones tecnológicas. El medio rural no debe ser únicamente receptor pasivo de tecnologías desarrolladas en otros contextos, sino protagonista activo en el diseño, adaptación y uso de herramientas digitales acordes a sus realidades y necesidades.
Avanzar hacia la soberanía tecnológica implica fomentar tecnologías abiertas, transparentes y adaptables, que permitan a las comunidades rurales decidir cómo se despliegan y gestionan las infraestructuras digitales en su entorno, y reducir la dependencia de plataformas cerradas o centralizadas.
En este camino, el software libre y los modelos de IA Open Source representan una herramienta estratégica para fortalecer ecosistemas tecnológicos locales, promover la capacitación digital de la población, estimular la innovación desde el territorio y favorecer un modelo de desarrollo distribuido y sostenible.
La digitalización con sentido local debe estar guiada por el objetivo de poner la tecnología al servicio del territorio, sus habitantes y sus capacidades de futuro, poniendo en el centro la dignidad de la persona y el fomento de su autonomía.
La incorporación de la inteligencia artificial en servicios públicos, procesos productivos o herramientas digitales en el rural debe estar guiada por principios de transparencia algorítmica, no discriminación, explicabilidad y control ciudadano.
Los territorios rurales deben ser visibles y representados en los conjuntos de datos que alimentan la inteligencia artificial, evitando así su marginación digital. Promovemos la generación de datos abiertos, éticos y contextualizados desde el territorio, respetando la privacidad y la autodeterminación informativa de las comunidades rurales. Reclamamos el desarrollo y uso de sistemas de IA que no reproduzcan sesgos urbanos y que integren datos representativos de la realidad rural.
Es necesario fomentar la alfabetización en este ámbito para que las comunidades puedan participar de forma informada en el diseño, validación y supervisión de estas tecnologías. Los centros educativos, bibliotecas y espacios comunitarios deben ser impulsores clave del aprendizaje digital y la apropiación tecnológica en el territorio.
Infraestructuras y tecnologías digitales accesibles
Garantizar el acceso a infraestructuras digitales de calidad es esencial para asegurar el ejercicio efectivo de los derechos digitales en el medio rural. Esto incluye no solo la conectividad universal y asequible, sino también la existencia de infraestructuras distribuidas, servicios públicos digitales accesibles, plataformas interoperables y redes comunitarias gestionadas de forma colaborativa.
Estas infraestructuras deben concebirse como bienes públicos al servicio del procomún, orientadas al bienestar de la comunidad y al desarrollo de capacidades locales. Su diseño y gestión deben responder a criterios de apertura, eficiencia energética, resiliencia territorial y respeto a la diversidad de contextos.
Reclamamos políticas públicas decididas que promuevan la inversión sostenida en tecnologías e infraestructuras digitales rurales, facilitando un entorno en el que la tecnología impulse la autonomía, la cooperación y la generación de oportunidades sostenibles desde el territorio. Y proponemos programas públicos de formación y experimentación en inteligencia artificial para personas que habitan el rural, instituciones locales y actores del tercer sector, orientados a la apropiación crítica, creativa y transformadora de esta tecnología desde los propios territorios.
Tecnologías digitales e inclusividad
La transformación digital del medio rural solo será legítima y efectiva si es inclusiva. Las tecnologías deben diseñarse y desplegarse teniendo en cuenta la diversidad de capacidades, edades, niveles educativos, contextos culturales y condiciones socioeconómicas presentes en los pueblos y comarcas de nuestro país.
El diseño universal, la accesibilidad digital, una atención especial a las personas mayores, la garantía de usabilidad para personas con discapacidad, y el respeto a las diversidades locales deben formar parte central de cualquier iniciativa tecnológica rural.
Reclamamos una digitalización que no excluya, no homogeneice, y no imponga modelos ajenos, sino que reconozca la pluralidad y se adapte a las realidades vivas del territorio. Apostamos por una inclusión activa, en la que las tecnologías potencien la participación de todos los colectivos en la vida comunitaria, económica y democrática. Y remarcamos la importancia del acceso a la formación digital de todas las personas del rural de manera igualitaria con un esfuerzo que refleje e incluya a todos los grupos sociales y su peso demográfico.
La inclusividad no es un añadido: es la condición para que lo digital contribuya verdaderamente a una ruralidad con derechos, dignidad y futuro.
Llamamiento: Por una red de territorios interconectados
Hoy, más que nunca, el derecho a existir plenamente en el siglo XXI pasa por el derecho a disfrutar y acceder en igualdad a lo digital. Ese derecho no puede estar reservado a unos pocos ni a unos lugares determinados: debe desarrollarse en todos los territorios y en todas las comunidades para que pertenezca a todas las personas.
Desde este manifiesto, afirmamos la necesidad de un cambio de paradigma: que el medio rural deje de ser visto como espacio periférico y se reconozca como territorio de futuro, innovación y ciudadanía digital plena.
La soberanía digital rural es una tarea común. Llamamos a organizaciones sociales, instituciones públicas, empresas, universidades, colectivos ciudadanos y actores locales a sumar capacidades, tejer alianzas y construir, desde la colaboración, un nuevo modelo de desarrollo conectado, justo y compartido.
Porque repoblar también es reconectar. Y reconectar significa abrir el acceso, redistribuir oportunidades y garantizar que ningún territorio quede al margen del presente ni del porvenir.
El momento es ahora. Construyamos juntos una red viva de territorios digitales, inclusivos y soberanos. Conectados, diversos, rurales. Territorios donde lo digital sea sinónimo de posibilidad y se integre en un mejor modo de vivir.