21/6/2025 | Entrada nº 72 | Dentro de Digitalización

Manifiesto por la Soberanía y los Derechos Digitales en el Rural

Manifiesto preparado para su discusión en el «I Encuentro Derechos Digitales y Repoblación» que celebraremos dentro del Festival Repoblación 2025 en Burguillos del Cerro. El manifiesto ha recibido ya los aportes de una docena de organizaciones, entre ellas Fundación Repoblación, CERAI, Aldealista, Asociación Sárnago, Fundación Savia, Compañía Maximalista S.Coop., Tararaina S.Coop, Cabras en Red S.Coop.Mad., Asociación Cultural Lareira Pop, Rural Citizen...

Preámbulo

Desde los pueblos, aldeas y comarcas de nuestro país, lanzamos este Manifiesto por la Soberanía y los Derechos Digitales en el Rural como una llamada colectiva a reconocer, garantizar y desplegar los derechos digitales como herramienta estratégica para el desarrollo local, la repoblación sostenible y la creación de un nuevo empuje social, económico y tecnológico distribuido por todo el territorio.

Inspirado en los principios recogidos en la Carta de Derechos Digitales y en el trabajo de numerosas organizaciones, empresas, fundaciones e instituciones locales comprometidas con el desarrollo territorial, este manifiesto sostiene que el acceso pleno, universal y justo a los derechos digitales no puede quedar restringido a los grandes núcleos urbanos. Muy al contrario: debe convertirse en motor de oportunidades, participación democrática, inclusión social, economía del conocimiento y arraigo intergeneracional en el medio rural. El acceso equitativo a lo digital debe permitir que todos, jóvenes y mayores, hombres y mujeres, nativos y nuevos vecinos, encuentren en el medio rural un lugar donde desarrollarse, comunicarse y emprender.

Derechos digitales para la cohesión territorial

La garantía de los derechos digitales debe ser entendida como una condición imprescindible para la cohesión territorial y la equidad social. La ciudadanía digital no puede depender del lugar de residencia: vivir en el medio rural no puede suponer una barrera para acceder a los servicios públicos digitales, a la cultura en línea, al teletrabajo, a la participación ciudadana digital o al emprendimiento conectado.

La conectividad universal, asequible y de calidad es una obligación del Estado y una infraestructura básica para el siglo XXI, tan esencial como el agua o la energía. El cierre de la brecha digital entre el mundo rural y el urbano no solo es un reto técnico, sino una cuestión de garantía democrática y efectiva de derechos.

Soberanía tecnológica y digitalización con sentido local

Reivindicamos una digitalización con soberanía, basada en principios de autonomía, equidad territorial y participación en la toma de decisiones tecnológicas. El medio rural no debe ser únicamente receptor pasivo de tecnologías desarrolladas en otros contextos, sino protagonista activo en el diseño, adaptación y uso de herramientas digitales acordes a sus realidades y necesidades.

Avanzar hacia la soberanía tecnológica implica fomentar tecnologías abiertas, transparentes y adaptables, que permitan a las comunidades rurales decidir cómo se despliegan y gestionan las infraestructuras digitales en su entorno, y reducir la dependencia de plataformas cerradas o centralizadas.

En este camino, el software libre y los modelos de IA Open Source representan una herramienta estratégica para fortalecer ecosistemas tecnológicos locales, promover la capacitación digital de la población, estimular la innovación desde el territorio y favorecer un modelo de desarrollo distribuido y sostenible.

La digitalización con sentido local debe estar guiada por el objetivo de poner la tecnología al servicio del territorio, sus habitantes y sus capacidades de futuro, poniendo en el centro la dignidad de la persona y el fomento de su autonomía.

La incorporación de la inteligencia artificial en servicios públicos, procesos productivos o herramientas digitales en el rural debe estar guiada por principios de transparencia algorítmica, no discriminación, explicabilidad y control ciudadano.

Los territorios rurales deben ser visibles y representados en los conjuntos de datos que alimentan la inteligencia artificial, evitando así su marginación digital. Promovemos la generación de datos abiertos, éticos y contextualizados desde el territorio, respetando la privacidad y la autodeterminación informativa de las comunidades rurales. Reclamamos el desarrollo y uso de sistemas de IA que no reproduzcan sesgos urbanos y que integren datos representativos de la realidad rural.

Es necesario fomentar la alfabetización en este ámbito para que las comunidades puedan participar de forma informada en el diseño, validación y supervisión de estas tecnologías. Los centros educativos, bibliotecas y espacios comunitarios deben ser impulsores clave del aprendizaje digital y la apropiación tecnológica en el territorio.

Infraestructuras y tecnologías digitales accesibles

Garantizar el acceso a infraestructuras digitales de calidad es esencial para asegurar el ejercicio efectivo de los derechos digitales en el medio rural. Esto incluye no solo la conectividad universal y asequible, sino también la existencia de infraestructuras distribuidas, servicios públicos digitales accesibles, plataformas interoperables y redes comunitarias gestionadas de forma colaborativa.

Estas infraestructuras deben concebirse como bienes públicos al servicio del procomún, orientadas al bienestar de la comunidad y al desarrollo de capacidades locales. Su diseño y gestión deben responder a criterios de apertura, eficiencia energética, resiliencia territorial y respeto a la diversidad de contextos.

Reclamamos políticas públicas decididas que promuevan la inversión sostenida en tecnologías e infraestructuras digitales rurales, facilitando un entorno en el que la tecnología impulse la autonomía, la cooperación y la generación de oportunidades sostenibles desde el territorio. Y proponemos programas públicos de formación y experimentación en inteligencia artificial para personas que habitan el rural, instituciones locales y actores del tercer sector, orientados a la apropiación crítica, creativa y transformadora de esta tecnología desde los propios territorios.

Tecnologías digitales e inclusividad

La transformación digital del medio rural solo será legítima y efectiva si es inclusiva. Las tecnologías deben diseñarse y desplegarse teniendo en cuenta la diversidad de capacidades, edades, niveles educativos, contextos culturales y condiciones socioeconómicas presentes en los pueblos y comarcas de nuestro país.

El diseño universal, la accesibilidad digital, una atención especial a las personas mayores, la garantía de usabilidad para personas con discapacidad, y el respeto a las diversidades locales deben formar parte central de cualquier iniciativa tecnológica rural.

Reclamamos una digitalización que no excluya, no homogeneice, y no imponga modelos ajenos, sino que reconozca la pluralidad y se adapte a las realidades vivas del territorio. Apostamos por una inclusión activa, en la que las tecnologías potencien la participación de todos los colectivos en la vida comunitaria, económica y democrática. Y remarcamos la importancia del acceso a la formación digital de todas las personas del rural de manera igualitaria con un esfuerzo que refleje e incluya a todos los grupos sociales y su peso demográfico.

La inclusividad no es un añadido: es la condición para que lo digital contribuya verdaderamente a una ruralidad con derechos, dignidad y futuro.

Llamamiento: Por una red de territorios interconectados

Hoy, más que nunca, el derecho a existir plenamente en el siglo XXI pasa por el derecho a disfrutar y acceder en igualdad a lo digital. Ese derecho no puede estar reservado a unos pocos ni a unos lugares determinados: debe desarrollarse en todos los territorios y en todas las comunidades para que pertenezca a todas las personas.

Desde este manifiesto, afirmamos la necesidad de un cambio de paradigma: que el medio rural deje de ser visto como espacio periférico y se reconozca como territorio de futuro, innovación y ciudadanía digital plena.

La soberanía digital rural es una tarea común. Llamamos a organizaciones sociales, instituciones públicas, empresas, universidades, colectivos ciudadanos y actores locales a sumar capacidades, tejer alianzas y construir, desde la colaboración, un nuevo modelo de desarrollo conectado, justo y compartido.

Porque repoblar también es reconectar. Y reconectar significa abrir el acceso, redistribuir oportunidades y garantizar que ningún territorio quede al margen del presente ni del porvenir.

El momento es ahora. Construyamos juntos una red viva de territorios digitales, inclusivos y soberanos. Conectados, diversos, rurales. Territorios donde lo digital sea sinónimo de posibilidad y se integre en un mejor modo de vivir.

Proponen este Manifiesto

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